Enredos, el hijo-marido-padre
Hace muchos años emitían en la televisión una serie que se llamaba "Enredos", cuya trama interesaba por conocer una nueva relación de consanguinidad oculta entre sus personajes antes de levantarse de ver cada capítulo. Me recuerdan sus episodios al caso de lo que han venido en llamar el de la madre abuela, de la gaditana que ha tenido a sus 67 años dos mellizos por fecundación in vitro.
Cuenta esta avanzada madre primeriza que "todas las mujeres deberían ser madre en el momento adecuado", poniéndonos en el controvertible dilema del ser madre se nace o se hace. Sólo ella sabrá quienes serán los padres auténticos, puesto que únicamente ella eligió del catálogo los óvulos y espermatozoides.
Bueno, y los médicos norteamericanos que dieron el visto bueno en el cumplimiento del protocolo de ser menor de 55 años, por lo que habrá que tocar madera para ahuyentar reclamaciones teniendo en cuenta como se las gastan en el otro lado del charco -según hemos estado viendo últimamente en esto de los hijos y los matrimonios internacionales-.
Pero estamos en España, tierra de promesas e ilusión en este nuevo enredo que es la vida, lo que no te da Dios ni la Naturaleza te lo da el hombre. Tenidos los hijos y faltando un padre, en la búsqueda de marido joven se encuentra la madre.
Marido y padre joven para los mellizos pide la madre. Esta vez en la elección no hace protocolo alguno estando repleto y rebosante el catálogo de la vida. Si para el divorcio exprés no hacen falta causas para qué vas a necesitarlas para el futurible enlace. La vida deja en pañales a los enredos de los culebrones, el marido que puede ser el hijo, los hijos que pueden ser nietos.
Mas ya se sabe, siempre se repite el viejo dicho "madre sólo hay una y a ti te encontré en la calle", creciendo en riqueza significativa en esta creciente anomia colectiva. Ficción o realidad, esta miniserie que es la vida va siempre por delante de las series B de las versiones cinematográficas.
José Carlos Navarro Muñoz.
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